Cultura agile: cómo puede ser beneficiosa en este contexto

Una cultura agile permite a las organizaciones responder con agilidad a cualquier desafío que se presente y a las necesidades de los equipos, garantizando un mayor desempeño, motivación, productividad y trabajo en equipo.

Desde el inicio de la cuarentena y la implementación del home office, muchos equipos de trabajo reportan el aumento del burnout, o estrés laboral crónico, al trabajar desde casa. Este problema puede ser el resultado de la poca eficiencia de los equipos y puede llegar a perjudicar su salud mental y emocional, como también su productividad.

McKinsey & Company, una consultora estratégica global, confirma en un estudio que el trabajo remoto puede dar pie a la ineficiencia de los equipos y a una falta de cohesión dentro de ellos. Al respecto muestra las siguientes cifras:

• El 80 % de colaboradores afirma que tendría mejores relaciones con una comunicación más frecuente.
• El 43% afirma que más comunicación cara a cara ayudaría a tener vínculos más estrechos con sus compañeros de equipo.
• El 52 % siente que no son tratados de igual manera que sus colegas.
• El 41% cree que sus colegas hablan mal a sus espaldas.

Ilustración por Victor Aguilar para Comunal

Aprender a ser ágiles

Una alternativa para mejorar el trabajo en equipo es adoptar una cultura ágil. La cultura agile está enfocada a la mejora permanente, considera el error como una oportunidad de aprendizaje y exige un alto compromiso, productividad y aprendizaje continuo de los miembros del equipo.

Una cultura ágil es especialmente útil en tiempos de crisis, ya que permite a las organizaciones responder con rapidez y agilidad a los desafíos de la pandemia, incluyendo los nuevos requisitos laborales, un panorama competitivo cambiante y un entorno de mayor ansiedad.

Si la cultura organizacional representa el vínculo esencial que une a los colaboradores, involucrándolos para que se sientan parte de un propósito y una misión compartidos, una cultura ágil permite a la organización abordar las necesidades cambiantes del equipo humano.

¿Cuáles son las características de un equipo agile?

Los equipos ágiles trabajan de manera autónoma y creativa, dando lugar a mejores procesos para desarrollar proyectos más complejos y desafiantes, aún en circunstancias cambiantes.

Para ser realmente ágil, un equipo de trabajo remoto también debe adoptar marcos y metodologías de trabajo basadas en los principios ágiles de mejora continua, colaboración, comunicación y rapidez. Las metodologías ágiles permiten a los equipos ser más efectivos y productivos, ya que su enfoque se centra en el desarrollo de proyectos, el trabajo en equipo y la entrega de resultados.

Las metodologías más populares son Scrum, Kanban y Lean, pero existen muchas otras como Scrumban, Scrum of Scrums, SAFe y DSDM. En este artículo puedes conocer más sobre estos tipos de metodologías ágiles.

Al implementar estos marcos de trabajo, las organizaciones pueden llevar el trabajo en equipo a otro nivel. La cultura agile, junto con las metodologías ágiles, tienen un impacto positivo en la productividad de los equipos, al estar mejor alineados con los procesos y plazos. Lo mismo sucede con su motivación laboral, pues, al tener mayor autonomía, los equipos sienten más compromiso para llevar adelante mejores proyectos.

¿Cómo puede tu equipo remoto permanecer ágil?

Si bien las metodologías ágiles son muy populares por su alta eficiencia, los equipos también deben adaptarse para rendir mejor en situaciones como la que vivimos actualmente. Por ello es tan importante cultivar una adecuada cultura agile que fomente la colaboración, integración y aprendizaje continuo del equipo. El estudio de McKinsey sugiere las mejores prácticas para permanecer ágiles durante la pandemia:

1. Revisar las normas y reglas básicas para la interacción

Las herramientas online para trabajo colaborativo como pizarras virtuales, el chat instantáneo y las plataformas de videoconferencia pueden ser de gran ayuda para los ejercicios colaborativos y, por lo general, promueven la participación. Pero también pueden requerir que los equipos reconsideren las normas existentes y las reglas básicas acordadas.

Es posible que necesites nuevas reglas básicas de comunicación para evitar que las personas que interactúan virtualmente se hablen entre sí. Por ejemplo, algo tan simple como pedirle a cada orador que “pase la pelota” llamando al siguiente presentador por su nombre. Es vital establecer nuevas guías que conduzcan las reuniones virtuales, de modo que la comunicación sea ordenada y fluida.

2. Cultivar vínculos y camaradería

Al trabajar de forma remota, los equipos deben hacer un esfuerzo más consciente para ser empáticos, educados y discretos, para garantizar que todos se sientan tan seguros al contribuir de forma remota como lo hacían en persona. Por ejemplo, ser comprensivos cuando una persona está sufriendo problemas de Internet o es interrumpida durante una sesión de brainstorming o una videoconferencia.

Es una buena idea proponer reuniones informales entre los equipos para crear mejores relaciones entre las personas, de modo que esto pueda tener un impacto positivo en el trabajo en equipo.

3. Mantener a los equipos motivados y comprometidos

Trabajar de manera unilateral es complicado, especialmente para equipos acostumbrados a la comunicación cara a cara y la interacción frecuente. Por ello, es importante que los líderes hagan lo posible por mantener motivados a sus equipos identificando las acciones que podrían llevar al burnout y evitándolas.

Por ejemplo, pueden ofrecer horarios flexibles con horas de almuerzo más largas o early Fridays para que puedan reponer energías y terminar más temprano. También pueden programar pausas o descansos durante el día, especialmente en fechas con reuniones virtuales muy seguidas o extensas.

4. Involucrar a los clientes

Los equipos ágiles deben continuar fomentando las reuniones virtuales con clientes, especialmente para la presentación de nuevas campañas o revisión de resultados. Pueden realizar presentaciones virtuales utilizando una serie de recursos como pruebas de productos en vivo por video, entrevistas virtuales y comentarios, talleres de design thinking o brainstorming.

Luego, deben programar revisiones de sprint posteriores con los clientes para obtener sus comentarios y retroalimentaciones. Esto los ayudará a estar alineados y poder ajustar las prioridades del equipo de forma más rápida.

5. Un nuevo liderazgo

En un contexto como el que se vive ahora, el papel de líder puede tenerlo cualquier miembro del equipo. A diferencia del trabajo presencial donde los líderes motivan al equipo a sacar adelante los proyectos, en el trabajo remoto el papel del líder se orienta a estar cerca de cada uno de los miembros del equipo para guiarlos de la manera correcta.

Buscar un balance

Las pautas que propone McKinsey para que los equipos ágiles puedan adaptarse mejor al trabajo remoto son bastante acertadas. No obstante, una rutina que combine días de home office con el trabajo presencial, siempre con los cuidados necesarios, puede ser el equilibrio perfecto que los equipos ágiles necesitan.

Las necesidades de los equipos se orientan no solo a compartir un espacio de trabajo, sino a profundizar vínculos entre colegas a la vez que se establecen mejores dinámicas laborales. Para ello, necesitan ambientes que puedan motivar su productividad y darles bienestar y comodidad al trabajar, siempre con un foco en su seguridad.

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