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Cástor Vera: así fue como el home office cambió su vida

Comunal

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febrero 10, 2021

|

5 min


El viernes 13 de marzo del 2020 el equipo de Sentido Branding se despidió sin saber que sería el último día. Salieron de la oficina pensando en descansar el fin de semana y verse nuevamente el lunes, como todas las semanas. 

Lo que ninguno de ellos esperaba era la noticia que anunciaron ese domingo: cuarentena obligatoria durante 15 días. Así, sin esperarlo, su vida y rutina de trabajo cambiaron completamente: empezaba una nueva etapa de home office obligatoria.

Aunque ya se hablaba con mayor frecuencia sobre el Covid-19 y los contagios, Sentido Branding seguía creciendo y las reuniones con clientes continuaban con normalidad. Pero un miércoles, según cuenta su Director General, Cástor Vera:

“En una reunión con un cliente, este no quiso que nos diéramos la mano por precaución. Para mí, hasta ese momento, el coronavirus era algo que estaba pasando en China y nada más”. 

Hoy ya es casi un año sin ver físicamente a su equipo, solo a través de la cámara. Todos se han comprometido a mantener el trabajo remoto hasta que sea 100% seguro o “estemos todos vacunados, lo que pase primero”, agrega Cástor. 

 

¿Cómo empezó todo?

“Creo que muchos estarán de acuerdo conmigo cuando les digo que los primeros días eran como sacados de una película apocalíptica, la Guerra Mundial Z hecha realidad fuera de nuestros departamentos. Nuestros temas de conversación se centraron en compartir teorías conspirativas sobre lo que estaba pasando y por qué (sé que no fuimos los únicos)”. 

Después de los primeros días llegó el momento de enfrentar la realidad y organizarse. “Como emprendedor, mi prioridad siempre fue hacer que mi equipo se sintiera tranquilo, asegurarles que no habría despidos y ofrecerles todas las comodidades para que pudieran trabajar desde casa”. Haciendo números y reduciendo márgenes lo lograron. Hasta el día de hoy tratan de hacer la experiencia lo más dinámica posible con pausas activas y juegos en línea todos los viernes.

Pero como todo tiene sus pros y contras, al poco tiempo empezaron a enfrentarse a las desventajas del home office: miembros de equipo deprimidos y desmotivados, con problemas en casa. Poco a poco ese sentimiento se fue extendiendo a todos. 

mujer discutiendo con compañera de casa por problemas de bulla en home office

De hecho, perdieron a dos miembros del equipo en el camino y debieron ajustarse sobre la marcha. “Ha sido duro, sobre todo cuando trabajas en un estudio de marketing o diseño, la interacción directa con tu equipo es súper importante y hemos tenido que adaptarnos”. 

 

Cómo vivieron el home office

A diferencia de la imagen tradicional que pueden tener casi todos sobre los diseñadores (trabajadores freelance acostumbrados a trabajar solos y en casa), en la consultora Sentido Branding, siempre han trabajado mucho en equipo. Pegaban los avances en las paredes, entre todos opinaban hasta llegar a un acuerdo.

Con la pandemia todo eso se fue al tacho. Los diseñadores más jóvenes entraron en modo freelance hasta el punto en que, si no preguntaban por avances, no mostraban nada. Cástor tuvo que volverse más insistente, estar detrás de ellos porque, además, se estaban volviendo más lentos.

Explica además que fue todo un reto aprender a lidiar con las personalidades más tímidas del equipo, personalidades que con el aislamiento se acentuaron mucho más. Podían pasar semanas sin que tuvieran avances de algunas personas. Como líder tenía que encontrar la forma no solo de mantenerlos motivados, sino también de hacer que se comunicaran efectivamente con todo el equipo. 

mujer en videollamada trabajando desde casa con problemas de conexion

 

Obviamente, no todo ha sido malo. La pandemia les ha obligado a reinventarse y probar distintas dinámicas de trabajo que los ayuden a superar la barrera de la distancia. Ha sido un largo camino de ensayo y error, pero lograron encontrar el equilibrio. Eso sí, respetando siempre el horario de trabajo de todos, sin horas extra o mensajes después de la jornada. 

Dejando de lado un poco el tema de chamba, para los que son padres también ha sido toda una experiencia. “Ha sido un dolor de cabeza, porque además de continuar trabajando a tiempo completo en casa hemos tenido que cocinar tres comidas al día, atender clases, hacer tareas y atender la casa”. 

 

hombre sentado en mesa de comedor dando de comer a sus hijos y trabajando al mismo tiempo en su laptop

A pesar del caos, admite que el aislamiento le ayudó a pasar mucho más tiempo con su hijo Felipe. Gracias a la pandemia estuvo 9 meses con su hijo jugando, armando castillos, legos, haciéndolo convivir con su chamba y esa experiencia no se la quita nadie. 

 

¿Qué les depara el futuro?

Si algo han aprendido durante todo este tiempo es a adaptarse. Aunque experimentaron varios pros y contras, también rescatan aprendizajes, experiencias y momentos que quizás no hubiesen podido vivir en otras circunstancias. Sí, ha sido duro y han habido momentos en los que sentían que no la hacían, pero si han llegado hasta aquí, ha sido porque pueden superar cualquier cosa. 

En definitiva, el viernes 13 de marzo se despidieron sin saber que su vida estaba a punto de cambiar radicalmente. Les ha tocado aceptar esta nueva realidad, todavía queda Covid-19 por unos cuantos meses más. Cástor ha aprendido a disfrutar del home office mientras lleva adelante su consultora y su familia.  

 

¿Qué otras situaciones has vivido trabajando desde casa? ¡Cuéntanos tus historias! Y si necesitas un espacio de trabajo flexible para complementar tu home office, te invitamos a conocer más sobre nuestras Oficinas Satélite aquí.

Nueva llamada a la acción

 

Ilustraciones por Victor Aguilar Rúa para Comunal

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