Según un reportaje hecho por el diario El País de España, en 2022 acabará la discusión de los modelos de trabajo híbridos, que cada vez tienen menos críticos. Las empresas que tengan posibilidad, se irán a dos o tres días de teletrabajo a la semana.
Juan Luis Martín, director de recursos humanos de Prosegur, una empresa que tiene más de 150.000 colaboradores en 26 países, entre ellos el Perú, cuenta en el diario el País, “en 2022 se confirmará el fin del presencialismo y se acelerará el teletrabajo con vistas a garantizar la conciliación. No tiene sentido volver a la casilla de salida. No podemos perpetuar el trabajo por Zoom y Teams, pero tampoco volver al presencialismo previo a la covid”. Desde las grandes multinacionales, hasta las pequeñas y medianas empresas, coinciden en que la mejor forma de actuar, hoy por hoy, es con un modelo híbrido y flexible, que disminuya la angustia del retorno y le dé herramientas a los equipos de recursos humanos, para tener un plan acorde con lo que necesitan las organizaciones y sus colaboradores.
Modelos de oficina
Hoy lo que se busca son espacios para innovar y solucionar conflictos en los equipos. Las oficinas tradicionales ya están quedando obsoletas. Juan Luis Martín afirma que en Prosegur están transformando todos sus centros de trabajo, eliminando los puestos fijos, tirando tabiques para levantar zonas de co-creación y espacios colaborativos. Y abandonando algunas de sus oficinas, pues la ocupación del espacio ha pasado del 100% al 60%.
Además, hay otra tendencia importante entre las empresas. Están ofreciendo a sus colaboradores la posibilidad de trabajar desde oficinas compartidas y coworkings. Servicios como los que ofrece Comunal. Según Lucía Bracco, especialista en recursos humanos y psicóloga social de la Universidad de Warwick, en Coventry, Inglaterra, “las compañías que no lo proponen se quedan obsoletas. Y por eso puede haber una pérdida de personal, que ya se comenzó a ver desde el año pasado. La explicación es que ha habido un cambio en las motivaciones de la gente por la pandemia. Reconocen los pros y contras de trabajar en casa, pero no están ni mucho menos convencidos de un retorno a las oficinas convencionales”.
Herramientas colaborativas
Una de las formas más efectivas de implementar el trabajo híbrido, es definir con claridad qué parte del trabajo se realiza en la oficina y qué parte en casa. Para eso, las empresas deben desarrollar herramientas que hagan posible esta convivencia, integrando funcionalidades en plataformas para la gestión del trabajo. Se pasará de un modelo analógico a modelos de inteligencia artificial, que facilitarán la generación de data para la toma de decisiones -los días de mayor productividad, el número de horas a la semana que los colaboradores prefieren ir a la oficina- además de facilitar la gestión de espacios de trabajo para la implementación del modelo híbrido. En Comunal, acabamos de lanzar una herramienta que aplica todo lo que acabamos de mencionar. Se llama Comunal Workplace, y puedes encontrar más información aquí.
Motivación, bienestar y salud
Sin dudas, el contexto en que vivimos impacta en la salud emocional de los colaboradores. Es por ello que las empresas se dirigen hacia modelos que garanticen el bienestar de sus equipos por medio de la flexibilidad. Bracco nos dice que “se cambiará la conciliación por una flexibilidad inteligente como medida crítica para captar y retener el talento”. Las compañías van a poner muchos recursos para garantizar el bienestar emocional de sus empleados, en un momento en el que las depresiones afectan a un gran porcentaje de colaboradores. “Hay una intensificación de las bajas por depresión, estrés y ansiedad vinculadas en parte a la falta de desconexión digital, las organizaciones han de implementar mecanismos para detectar y evitar estas situaciones y para gestionar muy bien la desconexión digital”, agrega la psicóloga.
Liderazgo compartido
Para gestionar equipos es importante que los líderes construyan confianza. El estilo de liderazgo va a cambiar radicalmente pasando a ser más positivo, resaltando virtudes, reforzando buenas prácticas y generando autonomía a los colaboradores. Habrá mucha libertad, y se va a necesitar un nuevo liderazgo que sepa cómo gestionar esta libertad.
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