Es evidente el gran impacto que ha tenido la pandemia en la forma en la que trabajamos. Aun seguimos probando un modelo que se adecúe a las necesidades de las empresas junto a la de los colaboradores.
En Comunal hicimos un estudio encuestando a diversas personas sobre el futuro del trabajo en el Perú. Líderes y colaboradores nos dieron un abanico de miradas con respecto a los cambios en el modelo laboral del país. La atracción y retención de talento son parte clave de esos cambios
En un mundo donde ya no existen barreras físicas para trabajar, ofrecer más beneficios o mejorar salarios no es la única opción para retener talento.
¿Cuál es el futuro de la atracción y retención?
En el estudio, se les preguntó a los colaboradores cómo veían el impacto de la pandemia con respecto a la gestión del talento. Más del 30% respondió que estuvo de acuerdo en que, de volver a un modelo completamente presencial, podrían tomar la decisión de renunciar. Asimismo, un 86% está de acuerdo en que el trabajo remoto puede ser una herramienta para conseguir mejores puestos de trabajo.
Más de la mitad de los encuestados (59%) opinó que ahora es más fácil la contratación de mejor personal, pues se podrá optar por colaboradores que trabajen a distancia, desde otros países o ciudades. Sin embargo, el 58% respondió que esto, a su vez, generará más competencia.
El trabajo remoto, el modelo híbrido y la flexibilidad
Es importante entender que estos cambios no son malos o buenos. Pueden ser beneficiosos, si aprendemos a manejarlos. La retención de talento, por ejemplo, ha cambiado también. Hoy ya no solo basta con aumentos de sueldo o ascensos. La aparición de nuevas formas de trabajo a distancia se muestra como una opción que, aún con el fin de la pandemia cerca, los colaboradores no quieren perder. Un modelo de trabajo híbrido se presenta como una buena opción, buscando sincronizar las necesidades de los líderes con el bienestar del equipo, en un acuerdo equilibrado entre tiempo de oficina y trabajo en casa. Lo que mantiene al equipo unido es una buena cultura de trabajo: un ambiente y entorno en el que se sienta empoderado, apreciado, cómodo y tranquilo. Sin importar los días que trabaje en casa o aquellos que vaya a la oficina, el sentido de bienestar del colaborador es lo que tendrá en mente al momento de tomar decisiones.
Esta flexibilidad es también un aporte para la captación de talento. El universo de posibles candidatos para un puesto es mayor. Y desde el lado de los colaboradores, también se convierte en ventaja. Podemos postular a trabajos en otras regiones o incluso países, las oportunidades de trabajo crecen y esto, además, genera competitividad. Sin embargo, es importante tener claro que el modelo flexible se debe adaptar a cada organización, a cada equipo y, finalmente, a cada individuo. Por ejemplo, un equipo de finanzas puede no necesitar mucho tiempo de oficina, pero un equipo de ventas debe reunirse constantemente con clientes y quizá necesite más tiempo en la oficina. Esta nueva competitividad, producto de las formas híbridas de trabajo, no es gratuita, también se debe adaptar a los lineamientos que la propia empresa tiene, a lo que esta necesita. Hay mucho más que aprender y experimentar en los tiempos venideros.
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